Esta revista se llama Honor y Valores porque nace de una certeza incómoda: existe un país oculto, invisible para la mayoría, que late bajo la piel de España y que rara vez encuentra un espacio digno en los escaparates mediáticos. El fin de estas páginas es sencillo y, al mismo tiempo, valiente y necesario: rescatar la memoria, la dignidad y la verdad de quienes visten uniforme. Dar voz a hombres y mujeres que encarnan aquello que muchos olvidaron: el honor, la lealtad, la justicia, el coraje, el compañerismo, el sacrificio. Y, además, dar un lugar a todas esas personas que hacen del dolor y la superación un camino, que convierten la enfermedad en aprendizaje, la derrota en reto y el reto en esperanza.
Brian junto con David (Perro Pastor)
Nos dijeron que eran números. Expedientes en una carpeta. Cifras en un balance frío. Pero quienes han servido saben que detrás de cada estadística hay sangre, sudor y cicatrices que no se borran. Aquí, en estas páginas, los números se rompen. Aquí cada héroe tendrá rostro, nombre y apellido. No llevarán medallas en el pecho, quizá, pero llevarán su historia grabada en letras que ningún despacho podrá archivar.
Son militares que se jugaron la piel en desiertos lejanos bajo el sol abrasador, guardias civiles que madrugan sabiendo que quizá no regresen, policías que patrullan calles donde la indiferencia pesa más que el peligro, bomberos que entran en edificios ardiendo mientras otros huyen despavoridos, médicos que sostienen la mano de un enfermo en mitad de la noche y voluntarios anónimos que dedican su vida a ayudar sin pedir nada a cambio. Todos, absolutamente todos, comparten la misma moneda: la del deber y el sacrificio.
Hablar de ellos es hablar de un linaje que no se hereda por sangre, sino por voluntad. Una estirpe silenciosa que se mide en actos y no en palabras, en cicatrices y no en diplomas. Y ahora, gracias a esta revista, llegarán a más personas. Porque no son un número en un parte de servicio ni una estadística archivada en un despacho. Son hombres y mujeres con nombre y rostro, con vidas que han conocido el filo del peligro y la crudeza de la renuncia. Son historias vivas que, al contarse, engrandecen la imagen de un país y recuerdan que la grandeza de una nación no se mide por discursos oficiales, sino por la dignidad de quienes la sostienen en silencio.
En un tiempo de comodidad barata, de discursos huecos y promesas que se evaporan con la primera luz del día, todavía existen hombres y mujeres que comprenden que el valor no significa ausencia de miedo, sino la firme decisión de enfrentarlo. Personas que se levantan cada mañana con la certeza de que su misión es más grande que ellos mismos, y que lo asumen sin alardes ni exigencias de reconocimiento. Ellos saben que la grandeza personal se escribe en esa línea invisible entre el deber cumplido y el silencio de quien no pide nada a cambio.
Brian en conferencia 2020 soldier
Y aquí entra en escena Brian, conocido como 2020soldier. Exmilitar de la Brigada Galicia VII de Artillería, hoy es Director General de Redes y Contenido Audiovisual de Honor y Valores. Su misión es clara: que cada historia se cuente con crudeza, sin filtros, con respeto y con la fuerza que merece. Brian no se considera un narrador complaciente, sino un testigo. Entrevista a gente real, recoge voces sin miedo, testimonios que durante años permanecieron ocultos y que hoy encuentran altavoz en esta revista.
Porque el uniforme se puede colgar en un armario, pero el espíritu de servicio jamás se retira. Brian lo sabe y lo repite: mientras alguien lo cuente, el olvido será imposible. Y Honor y Valores es, precisamente, ese espacio donde las cicatrices dejan de ser invisibles y se convierten en medallas eternas.
Juan Casero Director General de Honor y Valores
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