Para que estos principios no se diluyan con el tiempo, el Ejército de Tierra los recoge en tres decálogos que acompañan a cada etapa y a cada escala: el del Soldado, el del Cadete y el del Suboficial.
Nos escribíamos cartas casi cada semana y en ellas me contaba su día a día, lo que pasaba en el barrio y en la familia.