Hoy, Antonio Orantos asume la jefatura de la Guardia Civil en Extremadura, la tierra que lo vio nacer y que ahora lo recibe con orgullo.
Con todo lo que esa palabra arrastra: barro en las botas, tabaco húmedo en los bolsillos y la mirada cansada de quien ya no espera nada de la vida salvo cumplir con su deber.Nació en un rincón sin gloria, un pueblo seco, donde la infancia se medía por el peso de las piedras en los bolsillos y la dureza del sol en verano.
Para que estos principios no se diluyan con el tiempo, el Ejército de Tierra los recoge en tres decálogos que acompañan a cada etapa y a cada escala: el del Soldado, el del Cadete y el del Suboficial.
En marzo de 2020, cuando el mundo entero parecía desmoronarse, un enfermero llamado Javier Morales, de 34 años, cruzaba cada mañana las puertas del hospital de Alcorcón con el miedo en el cuerpo y el uniforme empapado en sudor antes de empezar.